La obesidad, entendida como una acumulación anormal o excesiva de grasa, es un problema de salud pública en el mundo entero. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016, más de 1.900 millones de adultos tenían sobrepeso; de estos, más de 650 millones eran considerados obesos.

Igualmente, la OMS revela que al año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas por esta razón. Datos como los anteriores han alertado a un importante número de países. Colombia no ha sido la excepción.

Según resultados de la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional, el país presenta un aumento sustancial en relación al exceso de peso en todos los grupos poblacionales. En los adultos, por ejemplo, se pasó del 51,2 por ciento en 2010 al 56,4 por ciento en 2015.

Entre los niños de cinco a doce años, el exceso de peso incrementó del 18,8 al 24,4 por ciento. Por su parte, uno de cada cinco adolescentes presenta sobrepeso.

La encuesta también identificó que las mujeres (22,4 por ciento) son considerablemente más propensas a padecer la obesidad que los hombres (14,4 por ciento).

Aunque estos resultados están lejos de índices como los de México y Estados Unidos, es preocupante la aceleración de este problema en Colombia, más aún cuando se trata de enfermedades consideradas prevenibles y combatibles.

¿Qué causa la obesidad?

Múltiples causas explican la obesidad como problema de salud pública. Una de las principales está relacionada con el desequilibrio energético entre las calorías consumidas y las calorías gastadas. Es decir, que muchas personas que sufren de obesidad consumen alimentos con alto contenido calórico y no realizan una actividad física acorde.

Según el último informe sobre obesidad de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), esta situación se presenta por la gran disponibilidad en el mercado de productos ya preparados y por el estilo de vida acelerado y estresante.

Se estima que aspectos como la pobreza y la falta de educación también influyen en la aparición de este problema. De ahí que se impulse a los gobiernos a adoptar políticas que disminuyan y prevengan el exceso de peso, especialmente porque las personas con obesidad tienen mayores probabilidades de desarrollar otros problemas de salud, como hipertensión, diabetes, trastornos del aparato locomotor e inconvenientes cardiovasculares.

¿Cómo prevenir la obesidad?

Una de las características más importantes de la obesidad es que se trata de una enfermedad prevenible. Su aparición o disminución dependen tanto de las decisiones personales como del apoyo familiar y de las características del entorno en que se vive.

En este sentido, hay diversas acciones que se pueden tomar para combatir la obesidad. En primer lugar, es fundamental seguir una dieta balanceada. Para esto, es necesario disminuir el consumo de alimentos con alto contenido de grasas y azúcares y, a su vez, aumentar la ingesta de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.

En segundo lugar, se recomienda hacer ejercicio de manera constante. De acuerdo con la OMS, el tiempo mínimo aconsejado es de sesenta minutos diarios de actividad física para los jóvenes y ciento cincuenta minutos semanales para los adultos. Algunos ejercicios sugeridos son caminar, correr o nadar, así como ejercicios de fuerza que se pueden hacer con pesas o equipamiento similar.

En tercer lugar, es fundamental en el ámbito familiar promover hábitos saludables que favorezcan a adultos y niños y que, a su vez, potencien la cultura de la buena alimentación a lo largo de la vida.

Finalmente, se sugiere llevar a cabo tratamientos médicos con personal especializado que permitan controlar el peso y tomar las medidas adecuadas para la disminución de la obesidad.

 

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